sábado, 20 de julio de 2019

Obesidad infantil en Canarias


Cada vez se ven más casos de obesidad infantil en Canarias y desgraciadamente aún son pocos los casos que llegan a consulta, y es que esto, en realidad, no es sólo un problema del niño, sino también de los padres.
Muchas veces los padres no se paran a pensar que la alimentación del niño es algo importante de lo que tienen que preocuparse activamente, llegando a veces a preguntar al niño a la hora de comer qué les apetece, como si los niños fueran conscientes de lo que nutricionalmente les interesa comer. Los niños a estas edades se dejan llevar por los sabores, modas, colores, y para eso están los adultos, para guiar, aconsejar y en definitiva, para educar.

¿Cuál es la mejor edad para educar a un niño?
“20 años antes de que nazca, educando a sus padres”. Napoleón Bonaparte
 
 





Es cierto que la obesidad infantil está causada por muchos factores condicionantes que hacen fortalecerla más en la sociedad, y entre ellos tenemos:
-          Los anuncios en televisión de dulces, refrescos y comidas rápidas en cualquier horario.
-          El elevado precio de los alimentos considerados frescos y saludables en Canarias en comparación con el resto del país.
-          La tecnología al alcance de los más pequeños como patines eléctricos, móviles, videojuegos, televisión, etc.
-          La falta de propuestas a nivel político, posiblemente por considerarse algo no valorable dentro de su propia legislatura.
-          Falta de valoración e implicación de los padres en la educación de sus hijos.
-          Falta de iniciativa en las industrias para solucionar un problema de salud en continuo crecimiento.
¿Y los comedores escolares?
Es fácil caer en la tentación de culpar a los comedores escolares, y esto, aunque tiene su importancia, no es determinante, ya que el resto del día los niños continúan su vida familiar y social fuera de los recintos escolares, donde los padres, siguen siendo los mayores responsables.
En un estudio realizado a varios menús escolares de Canarias, se encontraron algunos platos no recomendados y que habría que corregir urgentemente, como son: pizzas, lasañas, papas fritas, o incluso bollería. Este disparate, no sería tan dañino si lleváramos una alimentación equilibrada a lo largo del día que lo compensara.
Lo más importante, quizás, es desterrar el “no me gusta” sin haberlo probado previamente. Al niño hay que educarlo, ganárselo, llevarlo a nuestro terreno, buscar estrategias, probar alimentos nuevos, osea, dedicarle tiempo.  A veces no quedará más remedio que imponer nuestra postura y obligarlo a comer un plato determinado utilizando la manera antigua de “si no te lo comes va a la nevera y cuando tengas hambre te lo pongo de nuevo”, pero, sobre todo evitar cambiar un plato saludable por uno que no lo sea para que coma algo.
“El día de la fruta” aparece en los colegios como un gran avance, cuando lo normal debería ser todos los días.

Los dulces, azúcares y refrescos deben considerarse como algo especial, para un día de celebración, nunca como algo habitual.

Evitar dar golosinas al niño si ni siquiera los pide. Esto es algo muy común en los abuelos.

Iván Tardón
Dietista-Nutricionista-Asesor deportivo
www.ivantardón.es

Publicado en el número 26 de la revista "De Reojo" de julio de 2019 en la página 26
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