¿Eres de esas personas que van al supermercado y coge lo
primero que tienes delante sin analizar lo que estás comprando?, por suerte, yo
no.
La gran mayoría de las veces compramos por impulsos y muchas
veces el culpable es nuestra vista. Compramos lo que más nos entra por el ojo.
Consejos para hacer
una compra eficiente:
Verduras
congeladas: esta puede ser una opción bastante sana si tenemos en cuenta
que las verduras han sido recogidas, lavadas, troceadas, empaquetadas y
congeladas directamente, pero tenemos que asegurarnos que no se haya roto la
cadena de frío y conserven su punto óptimo. Si las verduras están apelmazadas,
como un bloque sólido, eso significa que ha sido descongelado y vuelto a
congelar. Escoge las que notes sueltas, normalmente
están debajo.
Pescado:
para saber si es fresco, tendremos que comprobar que los ojos tengan una pupila
negra y brillante y que la piel tenga un color vivo. Evitar los pescados con
los ojos hundidos y que la piel se desprenda fácilmente. No escojas pescados que ya estén cortados o fileteados.
Carnes:
si buscas una buena calidad debes evitar las carnes adobadas. Una carne fresca
y de buena calidad no necesita maquillar el color, el olor o el sabor. A veces
los adobos se usan para alargar la vida de un alimento que ya no es tan fresco.
Escoge carnes limpias.
Carnes
molidas: las que vienen en bandejas suelen tener menos calidad, más
grasas y a veces un tratamiento con harinas y condimentos que hacen que pagues
más por menos. Elige un trozo de carne y dile al
carnicero que te lo limpie y pique, saldrás ganando.
Embutido:
A veces suelen agregarles féculas y harinas, por eso, intenta
escoger el producto que tenga un porcentaje más cercano al 100% en carnes o el
más elevado en proteinas.
Zumos:
Los zumos que están en los pasillos de los supermercados suelen tener un
porcentaje muy bajo de zumo y suele ser concentrados con azucares añadidos. El verdadero zumo es aquel que es 100% fruta exprimida y
por regla general los encontraremos en la zona de refrigerados.
Botes y
latas: los reponedores siempre pondrán los alimentos más frescos en la
parte de atrás y los que caducan antes los pondrán más a mano para que te los
lleves. Si vas a consumirlos en el mismo día o en fechas muy próximas quizás no
te importe, pero si quieres que te dure bastante más, coge
los de atrás.
Bollería:
cuando un producto de este tipo no se vende, vuelve a pasar por la zona de
producción y se baña en chocolate para hacerlo más apetecible. Ya no será tan
fresco como lo era el día anterior, pero aguantará un par de días más.
Sobre todo, intenta evitar ir con hambre al supermercado y
ser consciente que muchos productos van estar colocados estratégicamente para
que los cojas. Para evitarlo, lleva una lista de la compra y evita salirte de
esta. Ahorrarás tiempo y dinero.
Iván Tardón
Dietista-Nutricionista-Asesor deportivo
www.ivantardon.es
Publicado en el número 27 de la revista "De Reojo" de septiembre de 2019 en la página 26
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