Una actividad que se ha puesto muy de moda es el “running” y
es que tiene muchos puntos positivos a su favor, uno de ellos, quizás el más
importante, es que no hay que gastar mucho dinero para ponerla en práctica y al
tener un gasto calórico de entre 10 y 16 kcal/min es una de las actividades más
recomendadas para mantener un peso controlado, aparte de reducir el colesterol
malo, la tensión arterial y aumentar las endorfinas, esas hormonas que nos hace
sentirnos más felices, reduciendo la ansiedad y la depresión.
Como todo, y por ser una actividad al alcance de muchos,
tiene su parte mala, ya que la falta de control por parte de un profesional de
la actividad física o la inexperiencia, puede hacer que esta actividad, se convierta
en el principio de un problema por hacerlo de manera incorrecta.
No sólo habrá que elegir una ropa o calzado adecuado para
llevarla a cabo, o saber planificar un entrenamiento que incluya estiramientos
o descansos, sino saber lo que tenemos que comer para sacar el mayor
rendimiento a nuestro entrenamiento o competición.
La alimentación de un “runner”, debe contener los hidratos
de carbono suficientes para aportar la energía necesaria para realizar la
actividad, entre un 60-70% del total calórico diario. Estos hidratos de carbono
deben ser principalmente de absorción lenta, donde estarán los cereales, las
pastas y las papas. Los hidratos de carbono de absorción rápida se pueden
emplear en la recuperación o al aporte puntual en la competición o entrenamiento,
siempre con moderación, ya que un exceso puede provocar un efecto no deseado (azúcar,
miel y frutas o derivados).
Las proteínas deben aportar entre 1-1.4 g/kg/día, ya que son
importantes para mantener las estructuras musculares después de un esfuerzo y han
de estar libres de grasas saturadas. Las carnes magras de ternera, pollo y
cerdo, los huevos y los pescados pueden aportar proteínas de alto valor
biológico.
En cuanto a las grasas, deben ser aportadas preferiblemente
de origen vegetal como los aceites de semilla y los frutos secos o de origen
animal por pescados azules. Estas mantendrán el sistema hormonal y las
articulaciones en buen estado.
Los antioxidantes, las vitaminas y los minerales son
esenciales en este tipo de actividad, ya que el estrés oxidativo y la
sudoración hacen necesario tenerlo en cuenta en la dieta. Las frutas y verduras
nos darán ese aporte.
Por último, pero no menos importante, es el aporte de agua,
ya que podemos deshidratarnos durante el entrenamiento o competición, sobre
todo, si el ejercicio dura más de una hora o si realizamos la actividad al aire
libre y con algo de calor. Evita las horas más calurosas del día.
¿Sabías qué….
* …. en una carrera inferior a una hora no
es necesario tomar bebidas isotónicas?
* …..
una mala planificación alimenticia puede ser la respuesta a los malos
resultados?
* ……los
calambres y las contracturas pueden ser síntomas de una mala alimentación
deportiva.
Publicado en el número 14 de la revista "De Reojo" de junio de 2016 en la página 28
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