El azúcar blanco o sacarosa, contiene un 100% de hidratos de
carbono simples, o sea, de rápida absorción, con unas 400 kcal por cada 100
gramos. En el proceso de elaboración, se le han eliminado sus vitaminas,
minerales y otros nutrientes presentes en su estado natural en la caña de
azúcar.
El azúcar moreno, en la mayoría de los casos, puede llegar a
ser azúcar blanca con una capa de melaza para darle un color tostado, no
variando su composición anterior y haciéndonos creer que podemos tomar mayores
cantidades sin problemas.
La opción más recomendada es el azúcar de panela, esta se
extrae directamente de la caña de azúcar y se deja secar para posteriormente
venderla en bloques o triturada. La principal característica de este tipo de
azúcar es que tiene un sabor que nos recuerda a la caña. Tiene unas 384 kcal
por cada 100 gramos, lo que hace que sea un poco más ligera. Su composición
nutricional la hace mucho más recomendable, 95 % de hidratos de carbono, 1,3 %
de proteínas, vitaminas, minerales y fibra. El único inconveniente es el precio,
unos 4 euros/ kg, frente a los 60 céntimos que puede costar el kg de azúcar.
CURIOSIDADES:
·
El 80% de los productos alimenticios en los supermercados contienen
azúcares añadidos.
·
El azúcar moreno es azúcar blanco recubierto con melaza.
·
Estudios recientes demuestran que el azúcar puede ser más adictiva que
la cocaína.
¿Por qué es tan malo
el azúcar?
Al comer azúcar, automáticamente se introduce en el torrente
sanguíneo en forma de glucosa, ya que se digiere en la boca casi sin caer al
estómago, por lo que posiblemente sigamos teniendo hambre tras ingerirlo. Una
vez en la sangre, dispara la secreción de insulina, algo que causa estrés al
páncreas. La insulina atrapará la glucosa y la guardará en hígado y musculo en
forma de glucógeno, pero si tenemos poca masa muscular o si tenemos un exceso
de glucógeno por falta de actividad, se guardará en forma de grasa en el tejido
adiposo, ayudando a subir de peso, dando como resultado una obesidad a largo
plazo que puede dar lugar a su vez en un síndrome metabólico o diabetes tipo 2.
Se puede vivir perfectamente sin aportes de azúcar. Los
cereales, las pastas, las papas y las frutas tienen hidratos de carbono que al
digerirse nos van a aportar los azucares necesarios para llevar el día a día,
todo lo añadido está fuera de la normalidad y en exceso puede causar daños.
Publicado en el número 15 de la revista "De Reojo" de septiembre de 2016 en la página 26
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