¿Te has preguntado alguna vez por qué existen “dietistas”
que en una tienda, herbolario, farmacia o parafarmacia no te cobra las
consultas, las revisiones, o las dietas y sin embargo si vas a una consulta
privada te cobran entre 30 y 70 € por una primera consulta y las revisiones
entre 9 y 20 €? ¿Por qué ocurre esto? ¿Dónde está la diferencia?
Si tenemos en cuenta que un Especialista en Dietética y
Nutrición o un Diplomado en Dietética y Nutrición Humana tiene que hacer 3 años
de estudios para poder elaborar una dieta sana, conocer las enfermedades
relacionadas con la alimentación, conocer cada uno de los alimentos y su efecto
en el organismo, hacer un estudio de tu cuerpo, de tus analíticas y condiciones
de salud, además de saber los tipos de dietas y problemas que pueden producir,
elaborarla a tus gustos y necesidades, el alquiler de la consulta, aparatos de
medida, software profesional, el tiempo que te dedica y el desplazamiento, lo
que pagas está más que justificado.
Hay empresas que se dedican a poner “dietistas” o
“nutricionistas” para promocionar sus productos, dando un servicio básico con
una dieta generalista o de cajón (no personalizada), con poca experiencia en el
sector y que suelen estar contratados como “promotor”. De ahí que ponga entre
comillas lo de dietista o nutricionista.
La diferencia entre un promotor o dietista-nutricionista,
radica en que el promotor no tiene porqué tener estudios oficiales, con conocer
sus productos, y sacar una dieta del
cajón o maletín, le bastaría. El dietista, suele ser el ayudante del
nutricionista que ha tenido que cursar un ciclo formativo de 2 a 3 años, y el
nutricionista es el profesional que realiza un grado en nutrición por la
universidad o que tiene cursos universitarios relacionados con la materia.
Muchas veces los pacientes, en este caso clientes, tienen la
obligación de comprar los productos que son recomendados por la persona que les
atiende, generalmente mandados sin tener ninguna necesidad de consumirlos para
conseguir el objetivo marcado.
Si hicieran unos cálculos sencillos, se darían cuenta que a
la larga, le saldría más rentable acudir a una consulta con un Dietista-Nutricionista
que sólo les recomiende tomar alguna cosa según sus deficiencias nutricionales
o porque realmente lo necesita en lugar de comprar cosas innecesarias y que
podrían causar un problema para la salud con el paso del tiempo.
La obesidad y el sobrepeso son problemas que existen en
nuestro entorno y que se ha convertido en un negocio. Sólo se soluciona con un
plan dietético nutricional y ejercicio físico diario, no existe ninguna
pastilla o líquido que haga milagros, y quien te diga lo contrario, miente.
Si a todo esto unimos que los promotores antes mencionados
sólo pueden recomendar sus productos, saldríamos mejor parados si eligiéramos
un dietista-nutricionista independiente, ya que conoce todos los productos del
herbolario, farmacia o parafarmacia, y va a recomendar el producto que mejor
nos vaya según su calidad-precio-necesidad, independientemente de su marca
comercial o laboratorio.
Por todo ello, el paciente que acude a una consulta
privada o el cliente que va a un lugar donde están los citados promotores, debe
de exigir siempre la titulación académica de la persona que les atiende y tener
la libertad de elegir el producto que haya en el lugar sin tener en cuenta su
fabricante, así como hacemos con los medicamentos usando los genéricos por economía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario