viernes, 18 de mayo de 2018

Ayuno intermitente II (bases científicas)


Después del calentón de la última vez que escribí en este blog por la charla del chef sobre técnicas de adelgazamiento en un curso de cocina japonesa que a mi entender y después de pensarlo en frío sigo sin comprender, he decidido escribir otra entrada sobre el mismo tema, pero de una manera más centrada.


Desde ese día me dediqué a investigar un poco más sobre este tema, enviando correos electrónicos a mis profesores de la Universidad de Cádiz, Universidad de Navarra y a la Sociedad Española de Dietistas y Nutricionistas y esto fue lo que ocurrió:

La primera en responder fue mi profesora del Departamento de Ciencias de la Alimentación y Fisiología de la Universidad de Navarra, que muy amablemente me envió 12 estudios realizados. Me costó un poco traducirlos del inglés, pero resultó ser muy enriquecedor.

Los estudios concluían que efectivamente se produce una pérdida de peso con este sistema llamado Ayuno Intermitente, pero esto ocurre con todas las dietas habidas y por haber. Hasta aquí nada nuevo, pero indagando un poco más, parecía ser más efectiva en algunos casos en comparación con una dieta hipocalórica, perdiendo tejido graso y ganando masa muscular. Pero los beneficios tampoco son tan grandes como para decantarse por este sistema.

El segundo en responder fue mi profesor de Terapias Naturales de la Universidad de Cádiz, donde confirmaba que era una variación del clásico ayuno terapéutico y me la comparaba con las dietas detox actuales o monodietas de frutas, utilizando de base el mismo concepto.

Por último me contestó el presidente del comité científico de la Sociedad Española de Dietistas y Nutricionistas confirmando la existencia de esta tendencia relativamente novedosa cada vez más creciente. Me comenta que existen pocos estudios que profundicen en sus beneficios aunque existan algunas publicaciones a favor, pero también hay publicaciones en contra, negando sus ventajas. Que hace dos años, en un Congreso, estuvieron debatiendo sobre este tema y las conclusiones no quedaron muy claras y me recomendaba que el juicio y el sentido común del facultativo deberían primar sobre estas propuestas donde no existe aún un consenso, siendo difícil de proponer y de mantener en el tiempo a un paciente.

Viendo las respuestas de estos 3 lugares vuelvo a desaconsejar el uso de cualquier técnica que se salte a la torera el principio de individualización, ya que lo que le va bien a uno, no tiene porque irle bien a otro, para eso estamos los profesionales, para filtrar y encaminar a cada persona según su perfil.

Una persona con problemas de bulimia, anorexia, úlcera gástrica, ansiedad, actividad física de fondo, con diabetes tipo 1, disfagia, niños, embarazadas, lactantes y posiblemente alguna cosa más, no estaría recomendado el uso de esta técnica.

Haciendo ejercicio físico adecuado se produce un gasto energético y en conjunto con una dieta baja en hidratos de carbono y haciendo cenas más tempranas, puede hacer un efecto parecido, manteniendo los niveles de glucosa bajos en sangre y produciendo gluconeogénesis (creando glucosa a través del tejido adiposo) y sin tener que estar pasándolo mal.

Como ves, no hay verdades absolutas en una ciencia como la nutrición.

Hay que tener mucho cuidado con los charlatanes, esas personas que hablan defendiendo una teoría sin tener en cuenta más datos que un par de estudios realizados. A veces tiene que pasar unos cuantos años para ver los efectos negativos de una técnica o medicamento en concreto. Hay que ser prudente, no se puede jugar con la salud de las personas. La salud debe primar por encima de todo. 

jueves, 10 de mayo de 2018

Ayuno intermitente, la nueva tendencia.

Ayer realicé un curso de cocina japonesa donde prometía ser relajante, divertido y entretenido, pero resultó ser una situación un tanto incómoda.

Al llegar y colocarnos en nuestros respectivos asientos, el chef que nos iba a llevar al mágico mundo de la comida japonesa nos hizo rellenar una hoja con nuestros datos y presentarnos para conocernos y saber a que nos dedicábamos profesionalmente. Yo como nutricionista, comenté que me gustaba la idea de conocer la cocina japonesa para indagar en nuevas formas de alimentación y que parecía ser  la cocina extranjera más sana fuera de la dieta mediterránea, por lo que no podía dejar pasar la oportunidad.


El curso en sí estuvo bastante bien hasta que llegó ese "momento".

El chef comienza a hablar y a defender una nueva tendencia llamada "el ayuno intermitente", algo que no viene al caso que nos ocupaba en el curso, y es que desgraciadamente, en este país todo el mundo sabe de dietas, vida saludable, nutrición y técnicas de adelgazamiento porque ha leído u oído algo del tema, y realmente es una ciencia que hay que estudiar y entender, aunque parece ser, este señor había estudiado dietética y nutrición y lo demostraba al hablar.

Esto, para empezar, no es una dieta, es un patrón alimenticio o una forma de comer donde hacen grandes periodos de ayuno que puede comprender entre 16 ó 18 horas y comer en un periodo de 6 u 8 horas o también se puede hacer durante una semana dos días alternos de 24 horas seguidas sin comer absolutamente nada .

Esta nueva tendencia se basa en la alimentación que llevábamos en la época de las cavernas, donde un día cazábamos y al día siguiente no teníamos nada que echarnos a la boca y manteníamos el peso, y lo cierto es que aunque suene bastante raro, tiene sus defensores y hay estudios científicos que la apoyan, pero aún así, no seré yo quien lo recomiende por muchos motivos que explicaré a continuación:

1º motivo por el que no la recomiendo, si no estás acostumbrado a este método, se te hará muy difícil llevarlo los primeros días. Te parecerá más un castigo o penitencia.

2º motivo, cuando haces grandes comidas después de un gran ayuno, sueles aprovechar el total de lo ingerido y guardar los excedentes como reservas grasas.

, cuando haces grandes ayunos no activas el metabolismo de las digestiones. Por cada comida controlada que haces, activas el metabolismo y por lo tanto el gasto calórico. Se conoce como el efecto termogénico de los alimentos y equivale al 10% de las calorías totales ingeridas.

, no funciona igual en hombres que en mujeres. En hombres funciona mucho mejor, pudiendo producir en las mujeres más irritación, ansiedad, cambios hormonales y retirada de la regla.

, se ha demostrado que los niños que no desayunan, tienen más dificultades en el aprendizaje.

, muchos casos de obesidad que vienen a mi consulta para adelgazar, vienen con desordenes alimenticios donde comen sólo una vez al día o no desayunan, haciendo un ayuno involuntario de más de 16 horas. A este tipo de pacientes, cuando se les ha puesto un orden en las comidas y se les ha puesto un buen desayuno, han conseguido bajar peso.

, considero que es lo mismo hacer un buen reparto de 1500 kcal por día a poner un día de 3000 kcal y ayunar 24 horas el día después. La suma de las calorías semanales posiblemente sean las mismas, pero no pasaremos ansiedades ni desesperaciones.

, en algún sitio leí una vez un estudio que trataba de demostrar que hacer un ejercicio físico intenso con déficit de glucosa en sangre puede hacer que desarrolles más fácilmente el Alzheimer en un futuro, debido precisamente a que el cerebro funciona con glucosa, y mientras realizas un ejercicio físico intenso en ayunas, no das tiempo a transformar los ácidos grasos en glucosa. Imagina un motor trabajar sin aceite como ejemplo.

9º, el ministerio de sanidad nos aconseja lo siguiente:  www.estilosdevidasaludable.msssi.gob.es/alimentacionSaludable/queSabemos/enLaPractica/distribuir/diario/home.htm

El método en cuestión, defiende que los ayunos prolongados hacen que tengas un gasto energético desde las reservas adiposas (grasas) y al no ingerir nada, sea más fácil de conseguir, pero lo cierto es que al no ingerir nada, podría existir una pérdida de peso en masa muscular. Esto lo podemos ver con un aparato de bioimpedancia que precisamente tengo en consulta.

Es cierto que nuestro cuerpo está preparado para pasar horas sin comer y tiraremos de reservas energéticas, pero si miramos la esperanza de vida que existía en la época del fuego y el taparrabos que no pasaba de los 30 años y la comparamos con una vida acomodada que tenemos hoy donde comemos cada 2-3 horas, podemos observar una esperanza de vida que a veces puede llegar hasta los 100 años.

Los datos que aporto están respaldados por la OMS (Organización Mundial de la Salud), por la Universidad de Cádiz, por la Universidad de Navarra, (universidades por las que he tenido el placer de realizar mis posgrados) y por mi experiencia laboral de más de 10 años, cualquier tendencia actual tendrá que ser revisada y aprobada por la OMS. Cuando esto ocurra, seré el primero en darle fe.

Desgraciadamente con esto no voy a evitar que siga habiendo intrusismo laboral, que sigan habiendo cocineros, fisioterapeutas, monitores de gimnasio, peluqueros o mecánicos que sigan hablando de lo que desconocen y haciéndolo como si fueran catedráticos, y sacándome de quicio, pero me ha servido para desahogar ese momento de tensión que tuve en un curso donde no tenía que estar tocándose estos temas donde pueden confundir a la gente, y por evitar discusiones innecesarias, al preguntarme mi opinión, me limité a decir "yo no he venido a trabajar, he venido a hacer un curso de cocina japonesa".

Puedes leer la segunda parte aquí.