lunes, 25 de marzo de 2024

¡Si gluten, por favor!

La celiaquía, una enfermedad que pide atención.

 

Seguramente habremos visto en los productos que compramos el símbolo de “sin gluten” o conoceremos a alguien cercano que es celiaco. No se trata de una moda, ni un estilo de vida, se trata de una enfermedad causada por una proteína llamada gluten que se encuentra en el trigo, el centeno, la cebada y alimentos que hayan tenido una mala manipulación donde haya habido contaminación cruzada. Es decir: un alimento que no contenga gluten en su composición original y haya sido manipulado o elaborado con un utensilio o superficie que haya estado en contacto con un alimento con gluten anteriormente, pasa a estar contaminado por trazas de gluten y producir los mismos daños en las microvellosidades intestinales produciendo diarreas, flatulencias, hinchazón abdominal y cólicos, entre otras posibles manifestaciones.

 La avena no tiene gluten de forma natural, pero contiene avenina que puede producir un efecto similar en la persona celiaca.

Cuando estas microvellosidades intestinales se ven afectadas de forma permanente, pueden producir malabsorción de nutrientes, dando como resultado un déficit de hierro, déficit de calcio, vitamina b6, b9, b12, vitamina A y zinc, desencadenando problemas más graves para la salud si no es tratado por un profesional de la nutrición.  Es por esto que el único tratamiento eficaz a día de hoy es la eliminación total del gluten de la dieta de por vida en personas celiacas, ya que no existe una prevención o tratamiento médico alternativo.

Para evitar la contaminación cruzada, tendremos que usar una superficie limpia, utensilios de cocina, manos bien lavadas y alejarnos de todo alimento que contenga gluten.

La cantidad mínima que puede producir daño en las microvellosidades intestinales de la persona celíaca es de 10mg/día, por eso los alimentos certificados como “sin gluten” deben contener menos de 20 ppm de gluten. Un problema que existe es que los alimentos procesados sin gluten, suelen ser mucho más caros que los alimentos similares con gluten y eso hace que muchas personas se vean limitadas a la hora de elegir alimentos y pueda derivar en una desnutrición.

Otro problema que se encuentra, es que los alimentos procesados sin gluten, contienen harinas refinadas con poca fibra, mayor cantidad de azúcares, amilosas y amilopectinas o mayor cantidad de azúcar que hacen que tengan un mayor índice glucémico, dando como resultado mayor posibilidad de desarrollo de síndrome metabólico, diabetes mellitus tipo II, obesidad o cáncer de colon. Las grasas que contienen suelen ser de peor calidad, pudiendo generar hígado graso, aumento de colesterol y triglicéridos, lo que convierte la alimentación de un celiaco en un problema de doble cara.

No todas las personas son celiacas, y tan sólo 1 de cada 7 personas celiacas son diagnosticadas.

El mayor reto de hoy en día es conseguir que se normalicen los precios de los productos sin gluten y que los restaurantes, cafeterías, heladerías, etc, se conciencien y den a sus empleados una buena formación para entender que la manipulación y la contaminación cruzada son el mayor peligro que puede tener un cliente con este perfil.

 

                                                                                                     Iván Tardón

               Dietista-Nutricionista-Asesor deportivo

                             www.ivantardon.es

         Publicado en el número 53 de la revista "De Reojo" de diciembre de 2024 en la página 17
                                                                                                                                            Visita la versión publicada

No hay comentarios:

Publicar un comentario